jueves, 10 de septiembre de 2009

Civilización en los Andes

En el territorio andino hubo, como en otras partes el mundo una amplia variedad de adaptaciones culturales, pero a distancias relativamente próximas. Estas sociedades, que habitan áreas geográficas disímiles, siguieron diferentes trayectorias en sus modos de vida, sus culturas y desarrollo sociopolítico.


El temprano desarrollo de la cultura Supe se debió a la creciente complejización de los sistemas sociales que se consolidaron en las varias regiones del área nor-central del actual Perú, entre los valles costeños ubicados entre los ríos Chancay y Santa, en la zona serrana del Callejón de Huaylas y en las vertientes orientales, en las cuencas del Marañón y el Huallaga. Todas estas sociedades habían alcanzado excedentes productivos y un nivel de organización que les permitía cierta especialización laboral, la construcción de edificios públicos y su participación en redes de intercambio interregional.


Alrededor de los 3000 años A.C., las sociedades costeñas del área nor-central lograron avances significativos, estimuladas en parte por la riqueza de recursos de la región: un mar rico en peces y moluscos y valles fértiles con ríos que acarreaban nutrientes. Coadyuvó a ello la tradicional comunicación interregional entre los pobladores del área. Además de la permanencia en la región y la adquisición de experiencias de vida compartidas, ya sea por confrontación o por integración, las comunidades costeñas incorporaron nuevos conocimientos tecnológicos: canales de riego y campos de cultivo y las redes de pesca. Innovaciones que aumentaron la productividad, fomentaron la especialización ocupacional y el intercambio de productos. Se crearon así las condiciones necesarias para el desarrollo civilizatorio.


Entre estas sociedades coetáneas del área nor-central, la de Supe logró sintetizar distintas experiencias adaptativas y aprovechó en su beneficio el excedente productivo de las poblaciones del área. La cuantiosa inversión de trabajo en obras monumentales y su permanente remodelación había sido sustentada por la producción de las poblaciones de los otros valles que el Estado prístino captó.


La primera civilización del Perú y América se formó entre los 3000 y 2500 años A.C. en el valle de Supe, sobre la base de un conjunto de comunidades ubicadas en asentamientos urbanos. Este modelo de organización influyó en el desarrollo de futuras civilizaciones; entre las principales podemos mencionar a las sociedades que construyeron Huaca La Florida, Garagay en el Rímac, Cerro Sechín, Pampa de Llamas-Moxeque en el valle de Casma. Posteriormente, el modelo se repitió en distintas zonas del territorio andino: Chavín, Moche, Lima, Nazca, Tiahuanaco, Wari, Chincha, Ichma, Chimú y finalmente la Inca, última civilización del Perú prehispánico, 4400 años después de Caral.

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